PRESENTACIÓN DEL BLOG

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PRESENTACIÓN DEL BLOG POR PARTE DEL PÁRROCO.

Antonio Bellido Almeida, Párroco.

"Se hace camino al andar"

Antonio Machado.

Comenzamos en el nombre del Señor este Blog que pretende ser la voz de la Iglesia, la voz eulaliense, la historia viva y vívida y el proyecto es vida de vuestra Comunidad Parroquial de Santa Eulalia de Mérida, en Mérida.

"Se hace camino al andar", decía Machado. Habrá que corregirle. Ahora se hace estela al volar. Los potentes medios de comunicación , especialmente "Internet", con el que alucino, sobrevuelan el planeta y al instante. Queremos, pues, sumarnos al progreso y llamar a todas las puertas con nuestras alforjas de palabras, proyectos, ilusiones, historias. Y a compartir y a servir.

"Id por todo el mundo y predicad el Evangelio"(Mt. 28, 19), decía Jesús a la naciente Iglesia. Hoy, nos invita y nos anima desde las fabulosas posibilidades que la técnica pone en nuestras manos. Aquí encontraréis un rincón amigo, una mano tendida, una palabra gratis. Aquí estamos cargados de esperanza en este milenio que vivimos. Aquí encontrarás la piedra y la palabra que nos hablen de la "Bien-hablada", Eulalia.

Aquí tienes la Basílica de Santa Eulalia, alma y almario de una mártir singular, aquí tienes la historia más antigua jamás contada del Cristianismo peninsular. Aquí nos tienes oteando futuros y con los brazos extendidos.

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Santa Eulalia Celestial Patrona de la Juventud de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz

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Parroquia Santa Eulalia de Mérida

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LA PARROQUIA SANTA EULALIA DE MÉRIDA
DECLARADA BASÍLICA MENOR
POR SU SANTIDAD EL PAPA FRANCISCO
DURANTE EL PONTIFICADO DE DON SANTIAGO GARCÍA ARACIL 
Y PREFECTO DE LA CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS DON ANTONIO CAÑIZARES LLOVERÁ.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Cuento de Navidad: La mula y el buey 2012 .


nacimiento niño Jesús en Belén con buey y mula

 Resulta que a primeros de diciembre de este año, la mula y el buey, sin comerlo ni beberlo, se vieron en las primeras páginas de todos los periódicos y cadenas de televisión desde el New York Times, pasando por El Pais y el Mundo y algunas publicaciones de sociedad, afligidas en su desengaño. Se sintieron estresados, ya que, según los rumores, en los que no coincidían todos los medios de comunicación, el papa Benedicto XVI había escrito un libro sobre la “Infancia de Jesús” en el que negaba la existencia de nuestros dos inseparables amigos del Santo Establo. La mula y el buey, por su parte, se encontraban todavía en Madrid desde el año pasado ya que actuaron de forma especial en la parroquia del Espíritu Santo. Habían aprovechado el año para conocer todo el país. Habían comido los mejores pastos de Ávila, y de los parques naturales de la sierra de Gredos. Nuestros amigos los animales habían aprendido mucho, sobre todo en la Puerta del Sol, donde todos los días hay marchas, protestas, manifestaciones, y todo tipo de reivindicaciones a favor de la Declaración mundial sobre el derecho de los animales: “El hombre, como especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a los otros animales o de explotarlos, violando ese derecho. Todos los animales tienen derecho a la atención, a los cuidados y a la protección del hombre.” Así que, ni cortos ni perezosos, después de comprar un megáfono en la esquina del Corte Inglés, se montaron en el primer avión de Alitalia y se fueron directamente al Vaticano. Llegaron, las 11 de la noche, y como era invierno ya no había nadie en las calles. Instalaron su megáfono y se pusieron a rebuznar y a mugir a todo volumen, en dirección a la ventana iluminada del Vaticano, donde todavía el Papa debía estar rezando u ordenando los asuntos humanos del palacio. El ruido era tan infernal, que enseguida apareció un guardia suizo para llamarles la atención y les preguntó el porqué de su escándalo. Le dijeron, que querían hablar personalmente (es decir: animalmente) con el Papa, y que bajara a la plaza de San Pedro a escucharlos, porque –caramba–, los tenía muy ofendidos. El guardia suizo les dice: - {el guardia suizo} “pero con semejante escándalo ¿cómo queréis que baje el Papa?”. - {la mula} Sí, dice la mula, queremos que baje él en persona, o no nos moveremos de aquí en todo el mes. Muy educado el guardia suizo, avisó por el interfono a la antecámara del Papa. A la media hora bajó un monseñor vestido completamente de rojo, desde los zapatos hasta la coronilla pasando por todos sus “exteriores” (habría que decir, que los monseñores no pertenecen a ningún partido político, pero sí se suelen vestir siempre de rojo por su dignidad y para que se les vea de lejos). Todo inútil, el citado monseñor tuvo que regresar directamente donde el Papa a explicarle: si Su Santidad quiere dormir esta noche y las siguientes, es mejor que baje a hablar con esos irreverentes animales que están allá abajo. Bien abrigado Benedicto XVI, con sobrepelliz blanca, zapatos rojos, bufanda blanca, y gorro y orejeras rojas, bajó por la puerta de atrás, para que no se enterara nadie, a dialogar con los tozudos animales. - {p.Benedicto} Buenas noches, hermanos animales, ¿qué concierto tan raro es éste? A qué se debe el escándalo? - {la mula} Estamos muy molestos con Su Santidad, replica la mula, porque usted acaba de escribir en su libro, sobre “La Infancia de Jesús”, contra nosotros, y nos han dicho, que usted no acepta a la mula y el buey en los nacimientos. - {p.Benedicto} No, no se trata de eso, mi libro simplemente es un estudio bíblico. - ¿no será que la crisis también ha llegado al Portal y en el Vaticano no nos va a tener en cuenta? Sepa usted que somos los animales que más economizamos, sólo con un poco de paja nos basta, además hacemos de calefacción con nuestro aliento al niño Jesús, a su mamá parturienta. Sepa que San José está de nuestra parte, nadie le ha recibido en la posada y nos necesita. - {la mula} Diga lo que quiera, pero lo tenemos claro, y si no corrige lo que ha dicho, le vamos a demandar ante la Sociedad Protectora de Animales, y vamos a pedir incluso hasta una indemnización retroactiva por los derechos conculcados, desde el año 1220 en que el “bueno de San Francisco de Asís” nos colocó por primera vez en el portal de Belén en la población de Greccio. - {p.Benedicto} Un poco terca parece usted, señora mula, pues les estaba explicando, que lo único que he querido decir en mi libro, es que en los Evangelios, no aparece ni la mula ni el buey, y que posiblemente el incluirlos se debe solamente a la devoción popular y a unas antiguas profecías. - {la mula} Pues hable usted claro, pues casi todos los católicos están algo molestos y exigen que se ponga en el portal de Belén la mula y el buey, como siempre. - {p.Benedicto} Yo no he dicho que no pongan la mula y el buey. Pueden seguir poniendo la mula, el buey, las ovejas, las cabras, las gallinas, y si quieren incluso hasta una cabritilla. Eso pertenece a la devoción popular y no a la historia. - {la mula} Pues sí que los pondremos. Además, usted debe saber, que en esa época no existían, ni taxis, y que el medio normal de locomoción era a lomos de mis antepasadas las mulas. Así que la mula que estaba en el portal debió ser una de mis bisabuelas con toda seguridad, pues San José, tan bueno como era, seguro que no despidió a la mula, después de todo lo delicada que fue, cargando en sus lomos a la Virgen Santa. - El buey} Y tenga cuidado Su Santidad con lo que escribe, añade el buey. Pues hemos estado a punto de provocar una crisis mundial de Nacimientos este año. Además, el que no aparezcamos nombrados en el Evangelio, no quiere decir que no estuviéramos allá. Tenga en cuenta, Santo padre, que en la creación del mundo, Dios creó primero a los animales y sólo después creó a los hombres, y al poco tiempo, casi se arrepintió de haberlos creado. Así que, estará mal que se lo recuerde un buey, pero usted casi “mete la pata”. Toda la noche pasaron en amistosa discusión. Incluso el Papa mandó que les extrajeran un poco de alfalfa y de paja para que se alimentaran. A su vez, para él pidió un “amaretto” para aguantar el frío de la noche. Ya cuando clareaba el alba, el Santo padre se retiró a sus aposentos, cansado y satisfecho, pues había conseguido vencer la terquedad de la mula y el sueño del buey. Éstos por su parte, nada más que abrió el primer “ristorante” de la “Via della Conciliazione”, para recibir a los primeros turistas japoneses, entraron a calentarse y tomar un capuchino. (Hay que aclarar que del Japón siempre hay turistas en Roma, pues como no caben en una isla tan pequeña, su gobierno les paga viajes a Roma para que no ocupen espacio en la isla). Desde el “ristorante”, el buey en seguida envió un Mail a todo el mundo y la mula varios “pines” con el siguiente contenido: {el buey} “amadísimos hermanos animales: tras una larga y animada conversación con el Santo Padre, podemos comunicarles la decisión, de que podemos seguir acompañando al niño Jesús a la Virgen y a San José en todos los establos de Belén que se hagan en el mundo. Por ello retiramos nuestras exigencias y reivindicaciones salariales, y seguiremos humildemente dando calor a los santísimos habitantes del Portal de Belén“. Así que vayan calentando sus voces y ensayando los aguinaldos.

REVISTA ECCLESIA.

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