El día 28, finalizó el Solemne Trecenario que la Ciudad de Mérida celebra en la Basílica de Santa Eulalia de esta ciudad. En el último de ellos, tras la ceremonia de la Misa, se procedió al nombramiento del Presidente saliente José María Álvarez Martínez, como Presidente de Honor de dicha Asociación, y a la Imposición, con su nombre, de la Medalla de la misma. El Acuerdo fue adoptado por la nueva directiva de la Asociación, no sólo por la gran cantidad de años que ha permanecido al frente de ella, sino por la excelente labor realizada, ya que;
Desde su puesto de Director del Museo Nacional de Arte Romano potenció la investigación sobre Santa Eulalia, a través de su apoyo a la publicación de libros, con la realización de las Jornadas Eulalienses que cada año contaban con la participación de destacados investigadores, y que ha contribuido a mejorar su conocimiento. Trató de acercar su figura a los más jóvenes, poniendo en marcha las “jornadas Eulalienses para escolares”, y publicando la revista “La Pequeña Eulalia”.
Dirigió de forma magistral un equipo que acometió la ingente tarea de organizar los actos que conmemoraron el 1700 aniversario del martirio de Santa Eulalia, y que se materializaron en una importantísima exposición de piezas pictóricas y escultóricas llegadas de toda España y en un magnífico ciclo de conferencias que trajeron a Mérida a los más importantes investigadores y divulgadores de la figura de Santa Eulalia, llegados desde distintos puntos de Europa, y cuyas actas son un compendio del conocimiento que tenemos sobre Santa Eulalia. Estos actos culminaron con la erección de una estatua dedicada a “la Santa más popular de las Hispanias”, erigida por suscripción popular, situada en las Ramblas que llevan su nombre, realizada por Eduardo Zancada y bendecida por el Arzobispo. Fomentó, junto con las Asociaciones hermanas de Totana, Almonaster la Real, Santa Olaya y Oviedo, la realización de los encuentros Eulalienses, que se realizan cada dos años.
Puso en marcha junto con Antonio Bellido Almeida y el anterior Secretario de la Asociación, Antonio Mateo Martín de Rodrigo, las primeras jornadas Eulalienses en la comarca de Mérida, que se celebraron en Calamonte, que se echó a la calle para demostrar su devoción a Santa Eulalia. Y bajo su Presidencia se procedió a la adaptación del nuevo Estatuto Marco, establecido por el Arzobispado
Este acto, al que asistían no sólo sus familiares y la nueva directiva de la Asociación, sino gran cantidad de public, que llenaba la Iglesia el último día del Trecenario, confirmó el acierto de dicho nombramiento aplaudiendo tras la entrega de la placa y la Imposición de la medalla, corroborando, de esta manera, el agradecimiento general por el trabajo realizado durante estos años.
El domingo día 29 se cerró festivamente este Trecenario. La Tómbola, pese a la gran cantidad de objetos donados por muchos socios y la adquisicón de otros por la Asociación se acabó en apenas algo más de una hora, quizás precisamente por la abundancia de premios. Las actuaciones mientras tanto a partir de las seis de la tarde se iban desarrollando sobre un escenario, dirigidas por Pepe None. Gran cantidad de público apaudió; las interpretaciones de varios músicos del Conservatorio, la escuela de ballet de Trujillanos, que actuó en la ópera Carmen, el coro Ubi sunt, el ballet de Yolanda Burgos, y la agrupación folclórica de la Antigua. Mientras tanto miles de emeritenses pasaban ante la imagen de Santa Eulalia para el besamanos. Tras la ceremonia religiosa, se procedió a la subasta del ramo, de una tarta, un cuadro de la Basílica de Santa Eulalia y una reproducción de un clípeo. La generosidad de los pujantes, hizo, que el ramo volviese nuevamente a los pies de la imagen de la Mártir, y que la tarta se entregara al Asilo de Ancianos.
La Banda Municipal cerró estos actos con una actuación finalizada con el Himno a Santa Eulalia.
Jornadas, que una vez más, mostraron no sólo la generosidad de todos los actuantes, sino también durante todo el Trecenario la enorme adhesión de la ciudadanía de Mérida a su patrona.
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